Los canguros rojos han desarrollado varias adaptaciones increíbles para vencer el calor del interior australiano:
1. Sudor: Si bien no son tan prolíficos suéteres como los humanos, sudan, particularmente en sus patas delanteras y el pecho. Esto ayuda a enfriarlos a través del enfriamiento evaporativo.
2. Jadeando: Al igual que muchos animales, los canguros jadean fuertemente para liberar el calor a través de su sistema respiratorio. Esta respiración rápida ayuda a expulsar el aire caliente y reemplazarlo con aire más frío.
3. Búsqueda de sombra: Durante las partes más calientes del día, los canguros buscarán refugio a la sombra de árboles, arbustos o incluso formaciones rocosas. Esto les ayuda a evitar la luz solar directa y reduce la cantidad de calor que absorben.
4. Acostado: Los canguros a menudo se acuestan a la sombra para exponer sus vientres al suelo más frío y aumentar su área de superficie para la disipación de calor.
5. Acurrucado: Cuando las temperaturas son extremadamente altas, los canguros pueden acurrucarse en grupos, lo que les permite compartir el calor del cuerpo y crear un microclima más fresco.
6. Actividad nocturna: Los canguros rojos son principalmente crepusculares, lo que significa que son más activos al amanecer y al anochecer cuando las temperaturas son más frías. Esto les ayuda a evitar la parte más popular del día.
7. Adaptaciones fisiológicas: Los canguros tienen una serie de adaptaciones fisiológicas para ayudarlos a tolerar el calor, como una alta relación superficie a volumen, que ayuda en la disipación de calor y un sistema vascular bien desarrollado que permite un flujo sanguíneo e intercambio sanguíneo eficiente.
8. Beber: Los canguros pueden ir por largos períodos sin agua, pero beberán fácilmente cuando estén disponibles.
Estas adaptaciones funcionan en concierto para ayudar a los canguros rojos a sobrevivir y prosperar en algunos de los entornos más populares de la Tierra.